Los Bolones y “allegados” nos hemos puesto en marcha para las 7 de la mañana. Estábamos muy emocionados pensando en cómo sería la casa, en el tiempo que nos iba a hacer, en el famoso torneo de Winbledon,
del cual somos vigentes campeonas Uxue y yo (del Roland Garros), en si Txema se “adaptaría” al grupo…
El caso es que el tiempo ha pasado rápido y sin enterarnos ya hemos parado a desayunar (En el caso de algunos, que ya lo habíamos hecho en Gastón, a redesayunar): cafés, bollos, bizcochos… y sin dilación de nuevo a la carretera para avanzar todos los kilómetros que nos faltan.
Hacia las 11.30 nos ha parecido buena idea el parar para almorzar-comer, así la llegada a la casa será más tranquila que el año pasado, que estábamos muertos de hambre.
Vaya tortillas variadas, vinos de calidad, chocolates varios, chuches… y cómo no, la sobrasada de Patxi, que acabará tan intacta como el año pasado.
Habíamos dicho a Olivier que llegaríamos a la una del mediodía y casi, casi así ha sido, sólo han caído veinte minutos de retraso.
Pensábamos que tendríamos otro largo trayecto hacia la casa, pero resulta que está en frente de la suya.
Es una antigua borda de ovejas y ¡¡¡ vaya si se nota ¡!!. Preciosa rehabilitación, pero hay ovejas por todos los sitios. Creemos que tiene obsesión por el bicho en cuestión: los hay de vasos, tazas, portavelas, peluches, cuadros, fotos, libros… creo que no hay ningún elemento decorativo que no tenga una oveja.
Rápido sacar las cosas de la maleta, las compras, los complementos para el partido de tenis.. mientras otros tomaban contacto con el “jardín”
y la comida: espaguetis en todas las versiones posibles: con tomate, con y sin atún, solos… y después de comer ha llegado la pregunta del millón: “¿hay pacharán?”. De todas las cosas posibles para olvidar de la compra, a Pedro y a Juani se les tiene que olvidar el pacharán de mi chiquillo. Ainsss que gente más olvidadiza. (Mientras los txikis empezaban la primera partida de Monopoly)
Estábamos tan agotados que nos ha parecido buena idea irnos a Issegeac a pasear
y a saber en qué bar dan buena cerveza… misión cumplida.
Vuelta a casa para preparar la cena y las diferentes tácticas para el torneo de tenis.
Como mañana madrugaremos para ir a Rocamador, no ha caído más que una ronda de copas. Esta vez Txema se ha conformado con un gin tonic.
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