Vancouver

Zorionak, Iker, potxoli eta Gora Don Fermín (elige la que más te guste)

Pues hoy a recordar un poco el txupinazo, pero por lo demás, camino de Vancouver.

Cuando nos hemos levantado, se nos ha ocurrido mirar la dirección de dónde teníamos que devolver el coche, y más vale que lo hemos hecho, porque nos íbamos a ir directamente al aeropuerto y lo teníamos que dejar en el centro de la ciudad.

Así que hacia allí nos hemos ido. Primero a dejar las maletas en el hotel que tenemos reservado y luego a devolverlo en el centro (a unas 7 manzanas de aquí).

Cuando hemos completado todos los papeles (pretendían cobrarnos 10 dólares más porque cuando nos cobraron el depósito de gasolina en Calgary, supuestamente era de un coche más pequeño y el que nosotros teníamos era más grande, pero como les hemos dicho que en el papel no ponía nada y que no nos avisaron, pues nasti de plastic, nos han cobrado lo pactado) y al salir, como el parking era al lado del complejo Canada Place (pabellón de Canadá en la Exposición Universal de 1986, que conmemoró el primer centenario de Vancouver, y que parece un clíper alejándose del puerto), hemos tenido la oportunidad de ver este trasatlántico y Juani ha dicho que nuestras próximas vacaciones serán en ese medio de transporte (yo, como no sea en un camarote con una terrana, no me monto).

Luego a hacer el check-in en el hotel, cambiarnos de calzado (hemos pasado de 34 grados a 18 y las previsiones del tiempo dicen que va a ser así hasta el jueves), ver el chupinazo, en diferido, en el ordenador y a patear un rato.

Hemos visto parte de Chinatown (donde viven parte de los tropecientos mil orientales que tiene esta ciudad)

y Gastown, que es una mezcla de calles adoquinadas, edificios restaurdos y almacenes. Las calles Powell, Carrall y Cordova están rodeadas de tiendas, galerías,

zapaterías, como ésta,

mientras lo que eran antiguas caballerizas, patios y callejones, son ahora restaurantes y cafés

Allí hemos podido ver el Triangular building

y la estatua de Gassy Jack

También, en una de las esquinas de este "barrio", se encuentra un reloj de vapor, que cada cuarto de hora pita.

Mirar qué manzanas hemos encontrado (ampliarlas para verlas bien, merecen la pena). Aquí son unos "dulzainas" de la leche.

Para celebrar Sanfermines, hemos cenado solomillo y salmón y cuando hemos venido al hotel, hacia las 10 de la noche, hemos hecho hora hasta las 11 para poder ver, online, el primer encierro y ahora, ya cansados y teniendo esta vista desde la habitación

nos vamos a dormir.