Los chicos se han escapado a primera hora al Inter-Marché para comprar unas sardinas para esta noche.
El Nene y Pedro han tenido la gran idea de hacer un viaje en barco a la Isla de Bréhat.
Salimos en barco desde Paimpol, con “parada técnica” porque antes de subir al barco ha ido una ambulancia a recoger alguien que venía en el barco.
Hemos cogido el viaje que primero nos ha llevado alrededor de la isla y hemos empezado a babear con las casas que veíamos en las orillas.
Pero lo mejor ha sido cuando hemos llegado al puerto, como eran cerca de las dos del mediodía nos hemos ido directamente a comer. No nos convencía el primer restaurante, repleto de gente y al lado del puerto, así que nos hemos adentrado por la isla y………….. GRAN ERROR, vaya casas que hemos visto. Si la una era preciosa, la siguiente más. Vaya jardines, vaya terrazas, qué vistas… vamos que es muy triste ser pobre (el año que viene queremos venir aquí y alquilarnos una casa de éstas, que sabemos que alquilan, así como un barco, que aunque no lo sepamos utilizar sirva para dar el pego y atracarlo al lado de la casa).
Llegamos a comer y nos ha tocado un camarero que el día anterior debía haber estado de juerga, porque vaya tío ¡!. No nos entendía lo que le pedíamos, o nos lo sacaba 2 horas después… más vale que los “chuletones” y los “mulets” al curry han merecido la espera.
Hemos paseado algo más por la isla y a las 5 de la tarde hemos cogido el barco de vuelta.Al llegar primero ha habido zafarrancho y hemos recogido toda la casa, excepto lo que hay en el frigorífico, que lo dejamos para mañana por la mañana.
Después de la faena, los chicos se han puesto a la tarea de preparar una “sardinada”, aunque antes de poner las sardinas han hecho una chistorra, que andaba dando vueltas por el frigorífico. Buenísimas de verdad y acompañada por una de las ensaladas que nos está haciendo, estos días, “La Blanqui” y que nos estamos chupando los dedos.
Después de la faena, los chicos se han puesto a la tarea de preparar una “sardinada”, aunque antes de poner las sardinas han hecho una chistorra, que andaba dando vueltas por el frigorífico. Buenísimas de verdad y acompañada por una de las ensaladas que nos está haciendo, estos días, “La Blanqui” y que nos estamos chupando los dedos.
La sesión de cine ha sido para ver Embrujada (seguimos sin enterarnos de qué es lo que ocurre en las Olimpiadas, pero tampoco es que lo estemos echando de menos). Txema es el primero que se ha retirado y un cuarto de hora después yo también me he ido a leer un rato.
Mañana cambiamos de casa, así que las historias de ésta ya son historia.
Mañana cambiamos de casa, así que las historias de ésta ya son historia.
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