..... el calor con el que nos ha recibido la isla ha sido monumental.
Cuando te bajas del avión recibes una bofetada que te hace olvidar el frío que has dejado en Madrid (y eso que en el camino del aeropuerto al hotel, tienes que estar atento a todo, ya que como en México, van por la "autopista" y los accesos de coches y motos están permitidos, así que allí todo es "sálvese quien pueda y entra el más rápido").
Empiezas a quitarte ropa, pero la humedad no te da tregua y enseguida buscas una ducha, la piscina.... pero como hemos llegado de noche, lo primero ha sido instalarnos y buscar uno de los 5 restaurantes del hotel (en el que "hemos caído" ha sido el de comida mejicana, está a un lado de ese bar de la piscina, se ven unas mesas).
Estando cenando, nos hemos dado cuenta que al lado nuestra estaba Javier, un antiguo conocido del gimnasio Jolaskide, pero estaba con más gente y no hemos querido molestarlo, así que mañana, en el desayuno, lo saludaremos.
Después de cenar, y sin pararnos muchos, nos hemos ido directos a dormir, que hemos llegado muy cansados.
Cuando te bajas del avión recibes una bofetada que te hace olvidar el frío que has dejado en Madrid (y eso que en el camino del aeropuerto al hotel, tienes que estar atento a todo, ya que como en México, van por la "autopista" y los accesos de coches y motos están permitidos, así que allí todo es "sálvese quien pueda y entra el más rápido").
Empiezas a quitarte ropa, pero la humedad no te da tregua y enseguida buscas una ducha, la piscina.... pero como hemos llegado de noche, lo primero ha sido instalarnos y buscar uno de los 5 restaurantes del hotel (en el que "hemos caído" ha sido el de comida mejicana, está a un lado de ese bar de la piscina, se ven unas mesas).
Estando cenando, nos hemos dado cuenta que al lado nuestra estaba Javier, un antiguo conocido del gimnasio Jolaskide, pero estaba con más gente y no hemos querido molestarlo, así que mañana, en el desayuno, lo saludaremos.
Después de cenar, y sin pararnos muchos, nos hemos ido directos a dormir, que hemos llegado muy cansados.
Tenemos ganas de que amanezca para ver si nos recibe un sol radiante y podernos tumbar en las hamacas para no hacer otra cosa que tomar batidos, zumos, cahipiriñas....
Bueno, bueno, que empiezo a soñar en alto. Debe ser el cansancio del viaje.
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