Sopot (dia de asueto)

Oye, que los comentarios podéis introducirlos en cada uno de los días (tenemos todos los comentarios a 0 excepto el del primer día).

Después de un desayuno de los de revuelto de huevo, zumo..... todo light, hemos cogido el tren para llegar a la playa y........ !!!!! Nos hemos bañado en el Báltico !!!!!. El agua esta fría de narices, pero ha merecido la pena, porque los 28 grados (no los 40 que estáis teniendo por ahí) eran muy agradables.

La moda polaca de los hombres es llevar el calzoncillo como bañador (igual exportamos la idea y hacemos 2 en 1), pero la verdad es que en general son mucho mas guapas las mujeres que los hombres.

Contemplar en la foto los chiringuitos que se montan con unos palos y "el mantel de cuadros" de la cocina.

Hemos estado "tirados" hasta las tres de la tarde que nos hemos ido a comer. Mas vale que no teníamos ninguna prisa, porque han tardado en darnos de comer, ni os cuento.

Nos hemos "quemauuuuu" un poco, y nuestro hijo Txemita ha sido el mas perjudicado, ya que parecía un farolillo. (En la playa no se le diferenciaba mucho el color de la piel del de la camiseta, ya que lleva medio viaje haciendo propaganda de Osasuna).

Hemos vuelto en tren, con toda la arena en el cuerpo, directas a comprar. Maider ha comprado unas cosas "txulisimas" y Blanca y yo no nos hemos quedado a la zaga.

Esta ciudad es de cuento. Si miras a las fachadas de las casas, parecen de cartón, de las que se ponen en los decorados de las películas. Hay música en directo a todas horas, gente paseando, "abueletes" con cajas de las cuales sacan unos sonidos de gallina cacareando que a Juani le apasionan.

Nos hemos permitido el lujo de irnos a comer a la orilla del mar y aunque la comida no ha sido de las mejores (nuestro nivel de calidad ha subido bastante en este país), el sitio y el ambiente han merecido la pena. (No voy a repetirme con el tema de las cervezas de medio litro a euro y medio, pero cuando estos chicos vuelvan "a la realidad", las cervezas de allí no les van a servir ni para mojar la garganta.

La vuelta al hostal ha sido todo un hallazgo, porque hemos "caído" en una de las calles mas deliciosas que haya visto nunca. Mañana por la tarde la iremos a verla de día, pero es de las que tienen entrada directa de la calle a los sótanos y estos están llenos de tiendas.

Hemos ido a dormir los seis en la misma habitación. No se como resultara la experiencia. La primera fue en Barcelona y la pobre Blanca se paso la noche con el "kli/kli/kli/kli......" (ya sabéis, el ruido que hay que hacer para que los roncadores cambien de melodía"