Conforme nos alejábamos de La Fortie,
el tiempo mejoraba, pero los atascos eran más frecuentes. Es agosto y todo el mundo quiere aprovechar el buen tiempo.
Hemos llegado a Assier hacia las 3 de la tarde,
así que hemos comido un sandwich, es decir, un bocata en toda regla en un bar de la estación del tren y después de varias vueltas para encontrar la casa, resulta que estaba al lado de donde habíamos comido
Qué casa, vaya preciosidad,
data de 1886 y la mantienen que da gusto.
Instalación, lavadoras y compra en Inter Marché, antes de cenar y prepararnos para ver la lluvia de Perseidas por la noche de San Lorenzo
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