¿Sabíais que la Icefields Parkway,
o lo que es lo mismo,
la carretera 93,
que une el lago Louise con Jasper (230 km.)
está considerada la carretera MÁS BONITA DEL MUNDO?
Estas fotos son para enseñaros un poquito de ella, y de verdad os digo, que no le hacen justicia a todo lo que hemos visto.
Después de dejar Lake Louise, haber echado gasolina al coche y despedirnos de una pareja alemana con la que llevamos coincidiendo desde el primer día en Calgary, nos vamos camino de Jasper.
El tiempo acompaña, así que hemos disfrutado de lo lindo, con paradas, de vez encuando, para ver glaciares, osos negros (hemos visto 2 y muy de cerca, pero esta vez sin fotos, tendréis que creernos), lagos...
Hasta llegar al Columbia Icefield, un glaciar que impresiona. Y como no hemos reservado el hacer trecking por el hielo con un día de antelación, nos hemos cogido este "bus"
que nos ha trasladado directamente al medio de la lengua del glaciar.
Ha sido muy chulo, porque impresiona mucho, aunque los dos preferimos el Perito Moreno (ese nos dejó muy impactados).
Habíamos reservado, como os comenté, un hostal rural y cuando hemos llegado va y nos dice el dueño que no tenía ningún aviso (ha llamado a la central de reservas y se les pasó avisarle), y que tenía un grupo de 12 ciclistas que hacía que estuviésemos muy prietos (es para 14), así que ha llamado a un hostal en Athabasca falls y hacia allí nos hemos ido (tampoco nos ha importado mucho, porque realmente era muy cutre).
Cuando hemos llegado al Athabasca hostel ya hemos empezado a alucinar. El chico que lo lleva, Curtis, estaba haciendo su propia pasta con espinacas y nos ha recibido enharinado, pero todo en una atmósfera preciosa. Una gran casa canadiense de madera, con una sóla sala, donde estaba sonando música clásica, mientras el sol entraba en toda la estancia. Vamos, la paz personificada.
No hay agua corriente, así que si te quieres duchar tienes perolones de agua caliente que se ponen en un depósito que está en la calle. Es decir, una cortina de plastico en forma de tienda de campaña, con un depósito colgado, donde pones el agua caliente y te duchas. Hemos pasado porque la salida de la ducha no era muy caliente, que digamos y porque prometí a Juani que un día estaríamos "cochinos" (Hermanas, si lo propone en Leache, nastic de plastic, que ya lo ha probado aquí).
Tiene, por toda la estancia, unos pequeños depósitos de agua potable, para beber, comer, cocinar... Una gozada.
Nos hemos hecho una sopa y unas salchichas con mostaza (no hemos bebido infusión porque los baños están bastante lejos de las cabañas y para levantarse a media noche, como que no) y después de acabarme el libro que me traje (otra vez, hermanas, Lali, Rosa, Itziar... es el que menos me ha gustado de la trilogía) no hemos ido a dormir a la cabaña número 2 (tiene 3 cabañas con capacidad para 14 personas, creo), en una cama doble, por fin !!!.
Un silencio total, pero un placer de sitio, muy recomendable.
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