Cuando hoy nos hemos levantado y hecho ejercicio en el gimnasio, nos hemos conectado a internet para ver cómo iba el "temporal" de Barajas y hemos empezado a sospechar que nuestro vuelo se iba a retrasar.
Ayer nos dijeron que podiamos dejar la habitación a las 2 del mediodia, pero a partir de ahí teníamos que pagar cualquier consumición, comida, bebida... que tomásemos. La cosa es que, por si acaso, hemos comido a la una del mediodia y después, hacia las dos menos cuarto, hemos entregado las llaves de la habitación y no se han dado cuenta (o por cortesía lo han decidido así) y nos han dejado con la pulsera puesta, con lo cual durante todo el día hemos estado de gorra.
A eso de las cinco menos cuarto de la tarde, nuestro guia ha venido a devolvernos la funda de la cámara de fotos (me la había dejado en su coche el dia que fuimos a Salvador de Bahía) y nos ha dicho que nuestro avión venía con cuatro horas de retraso, así que en vez de a las 8 de la tarde van a venir a buscarnos a las 12 de la noche y creemos que el avión saldrá a eso de las 3 de la mañana.
Para las 7.30 de la tarde hemos cenado, eso sí, casi nada, ya que no hemos hecho gana y sigue haciendo mucho calor.
La espera se hace cansina y estamos tumbados en los sofás de la recepción del hotel (más vale que es grande y pasamos desapercividos).
Lo peor de todo es que no sabemos si una vez llegados a Madrid, el avión que tenemos a las 9 de la noche de la T4 hacia Iruña, saldrá, pero ante todo llegar allí.
Ahora mismo son las 22.45, así que todavia tenemos hora y cuarto para cuando vengan a buscarnos. Y antes de que se nos olvide, hoy, día 10, es el cumpleaños de nuestro amigo Pablo ("Popeye"). Zorionak Guapo !!! Nos tomaremos, mientras esperamos, unas "caipirinhas" a tu salud.
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