A las 7.45 nos hemos levantado e ido a desayunar y para las 9 estábamos en la recepción esperando que vinieran a buscarnos. Pasaban los minutos y no aparecía nadie, así que hemos llamado a un taxi para que nos llevase al aeropuerto y poder coger vuelo a Iguazú.
El vuelo impresionante, sobre todo ver las cataratas desde el avión, (el día estaba despejado y la vista era muy chula).
Al llegar, han venido a buscarnos y nos han trasladado al Sheraton, ¡¡ VAYA HOTELAZO !! y vaya suerte que hemos tenido con la vista:
Ese "humillo" que se ve al fondo, es la catarata grande del lado argentino:
Hemos comido en el hotel y hemos cogido un bus que nos ha llevado a Brasil, para ver las cataratas desde ese lado.
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No sabemos cómo van a ser desde el lado de Argentina, pero desde Brasil nos han impactado. (Lo podéis ver en las fotos). De vuelta hacia el hotel compramos café y chocolate, un pin para mi hermano Juan y un imán para nuestro frigorífico en un "chiringuito" donde han parado.
Después de una merecida ducha (la humedad al lado de las cataratas es muy intensa), hemos cenado en el comedor principal, con música de arpa, como fondo, tocada en directo y nos hemos ido pronto a dormir.
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